martes, 22 de febrero de 2011

Carta de ajuste

La noche pinta a carta de ajuste: círculos, trazos, líneas, colores, quietud, nada. El cielo se equivoca, aquí dentro hace un calor aparente, nublado. Afuera una sensación de algo que no descifro. Algo. Pedazos de silencio. Como la carretera que se va dejando atrás, viajando de noche, mirada desde el retrovisor del coche de alguien que regresa a casa.  El rojo tenue colgando de los faros aviva la nostalgia,  nos devuelve el recuerdo, el lugar de dónde venimos. La mezcla de sombras danzando, nos adelanta el tiempo, el lugar a dónde vamos. Pedazos. Formas que intentamos colocar en el puzzle de los días, remedios caseros hechos con las manos que nos rozan. Intentamos soñar como podemos. Intentamos soñar. No en vano, uno todavía se sorprende a veces sentado en un sillón cualquiera de la casa, mirando una televisión sin sonido, con la noche pintando a carta de ajuste, el cielo equivocado, y sin entender aún bien por qué este silencio.


















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